Mis niñas juegan en la orilla y escucho sus risas y el chapoteo del agua en sus juguetes. Intento apagar mi mente y concentrarme en el sonido de las olas yendo y viniendo a un ritmo que invita a la meditación.
De repente una sensación extraña me invade, levanto la cabeza y me siento observada pero no sé de dónde viene esa mirada. Me vuelvo a recostar en mi toalla. Oohh la brisa me vuelve a envolver, que placer tan inexplicable. Sensaciones de tranquilidad, paz y descanso me entran por todos los poros de mi cuerpo.
Otra vez esa sensación extraña. Vuelvo a levantar la cabeza y a un metro de mi toalla veo un cubo lleno de agua y mis niñas haciéndose las disimuladas. Mmmmm esto tiene mala espina :O
Bueno, yo sigo a lo mío que ellas están distraídas y maridín las vigila a su lado.
No hay documento gráfico del momento, ni de como quedó la toalla, ni de como los cuatros nos revolcamos por la arena, ni de las risas y más risas que nos echamos. Un buen baño y la merienda y una tarde perfecta.
Felices vacaciones, vamos a ver si disfrutamos mucho más y cargamos las pilas para volver en setiembre con muchas cosas que contaros.
Nos vemos a la vuelta
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