Todavía no estoy preparada para gritar en público, en privado tampoco, aquel 21 de diciembre de 2005, ni de lo que pasó ni de lo que significó. No puedo.
Así que un día como hoy, tan importante en nuestras vidas, lo que quiero compartir con vosotras es su inocencia, porqué aunque tenga 8 años sigue siendo una niña.
Estamos a punto de entrar en las Fiestas Navideñas y aquí en Catalunya tenemos la tradición del Tió, un tronco al que los niños le dan de comer durante unos días y el 25 le pegan con un palo mientras cantan una canción y les "caga" chuches, juguetes y cosas varias.
Lo mismo muchas ya conocéis que es el Tió. Antiguamente lo que "cagaba" eran los postres, turrones, neules .. y el vino del día de Navidad pero con el paso del tiempo se fue acomodando a los mismos.
Este es nuestro Tió,
Tapadito con su manta porqué bajar de la montaña con estas temperaturas...
Ella se piensa que yo no la veo, que duermo, y se levanta del sofá, y va a buscar una mandarina, la pela y la coloca con mucho amor y pone dos trocitos de chocolate.
Se acerca y le pone el plato y con voz muy bajita, le dice algo al oído...
¡Santa inocencia! ¿Le quedarán cuatro días para que se rompa la magia? ¿Aguantaremos un año más esos ojitos iluminados y esa sonrisa angelical? Sea como sea, no vamos a forzar la situación porqué creemos que se lo merece, se merece que la inocencia y la magia siga corriendo por su cuerpo.
Para las que también tenéis un Tió en casa, aquí os dejo, por si todavía no lo habéis visto por las redes sociales, un video de como come jijiji Enseñárselos a vuestros peques, y observar como la inocencia y la magia les invade.
Cuando perdemos esa inocencia, nos hacemos un poco más mayores y con el paso de los años desaparece, solo la recuperamos cuando volvemos a vivirla al lado de nuestros peques. Busca un motivo para que no desaparezca del todo, la ilusión, la magia, el sentir nos debería acompañar siempre.
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